Una de las preguntas que pasan por la cabeza de cualquier empresario es ¿cómo controlar y mejorar la forma de hacer las cosas en mi empresa para generar mayor utilidad?

ISO empezó hace 50 años cubriendo los temas más obvios como pesos y medidas, hoy en día se han publicado 22513 estándares internacionales y documentos relacionados, que abarcan casi todas las industrias, pasando desde los zapatos que usamos, las conexiones Wii-Fi que invisiblemente nos conectan con los demás, hasta la inocuidad en los alimentos que comemos y la agricultura utilizada para cosecharlos.

Sin tener plena conciencia de ello, es normal encontrar en las organizaciones algunos requerimientos de los estándares ya operando. Si bien es cierto que las empresas podrían tener muy buenos resultados sin haber implementado un estándar ISO con controles, metodologías y mecanismos propios, es un hecho hay incertidumbre de que esos resultados continúen a lo largo del tiempo.

Existen también diferentes modelos en la industria que plantean requisitos basados en buenas prácticas, controles y sistemas, que pueden dar certidumbre a la implementación de controles para las empresas y que pudieran significar una buena opción en el logro de mejores resultados, ya sea esto anterior o en lugar de un estándar ISO.

Los estándares internacionales ISO dan confianza a los consumidores de que los productos son seguros, confiables y de buena calidad. Los estándares pueden hacer funcionar las cosas en los negocios y si bien no son el único un instrumento para facilitar el comercio internacional, el aseguramiento de calidad, la seguridad y la eficiencia, si proporcionan especificaciones de clase mundial para productos, servicios y sistemas.

El financiamiento o la falta de recursos para implementar un estándar ISO o modelo normativo son algunas de las objeciones encontradas por los empresarios, sin embargo, existen diversas alternativas para solucionar dicho problema, por lo que podemos concluir que la inversión en la implementación de un estándar o modelo normativo es totalmente rentable cuando obtenemos confianza por parte de nuestros clientes y confianza propia en los procesos de nuestro negocio.

Por: Juan Carlos Negrete
Coach STRATEGA

Comenta o Pregunta